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Hola!

Este blog tratará de rescatar información valiosa contenida en los libros. Se publicará información antigua -pero no menos importante- útil para conocer a cabalidad nuestras raíces; historias sobre Rufina Alfaro, lecturas antiguas... Por consiguiente, apreciar y enorgullecernos de ser panameños. Aportes de colaboradores serán igualmente bienvenidos.

Espero empezar de lleno en el blog en el cuarto trimestre del presente año 2016.

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El Modernismo

A finales del siglo XIX, el Romanticismo dio paso a otros movimientos literarios. Uno de ellos fue el Modernismo, la primera corriente poética surgida en tierras americanas. Se desarrolló sobre todo en el campo de la poesía, y su auge se dio entre 1880 y 1914. La principal figura del Modernismo fue el nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), quien escribió fundamentalmente poesía. El libro que marca el inicio simbólico del movimiento es Azul , publicado en 1888 en Chile. Otras de sus obras son Prosas profanas y otros poemas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905).

De la gleba (fragmento)

Por  Salomón Ponce Aguilera —Julián, dicen las cabañuelas que tendremos invierno en diciembre, ¿qué dices tú?... El tiempo sigue malo... ¿Quién sabe cómo nos va a ir con la sementera de trigo?... ¿Y qué dices de la papa? La "gota", por lo visto, no se hará esperar. Ya los "hielos" se han presentado en el Sur... Todo dice que vamos a tener mal año... ¿Qué dices tú de los pronósticos? —Pues en realidad no sé qué decir, mi amo. Malos son los tiempos desde que se estrenó el verano antes de lo que se esperaba... Pero, confiando en Dios y en la Virgen, esto ha de tener algún remedio. ¿No lo cree así su mercé? —¡Quien sabe, hombre! Estamos tan de malas, que de seguro se va a perder la siembra como el año pasado. Apenas coseché el dos por ciento, cuando todo el mundo pensaba que daría por lo menos cinco. Si ya no siente uno ánimo de trabajo... Estoy cansado de esta brega sin término... Cuántos afanes para luego… —Paciencia, mi amo, que Dios es misericordioso, y n

Manos trágicas - Guillermo Andreve

Manos trágicas Guillermo Andreve Terminada la comida. mientras los criados levantaban los manteles y preparaban la sala de juego los cuatro amigos de Andrés Vargas, invitados a pasar una temporada veraniega en la quinta rustica que este poseía a orillas del mar, se encaminaron por él a la glorieta, haciéndose llevar allí el café y encendiendo las magníficas panetelas con que este los obsequiara, cuyo humo en retorcidas espirales ondulaba un rato en la atmósfera serena saturada por el perfume fuerte del tabaco, y se perdía luego por una suave brisa. Desde la glorieta el panorama era a toda hora hermoso, y en aquella tranquila y sosegada, especialmente encantador. El mar, húmeda sábana movible de vastas proporciones, cuyas aguas de un color verde azulado tenían fosforescencias llamativas como miradas felinas, estrellaba con ímpetu sus olas en el repecho del tajamar que contenía sus conquistas y reventaba su hermoso penacho en una sarta de líquidos brillantes más atractivos cuanto