Muchas fueron las cruentas luchas que se dieron entre Liberales y Conservadores en los primeros años del siglo XX, en la muy reconocida Guerra de Los Mil Días, donde Panamá no escapó de tales incidentes. Son muchas las historias que se pueden contar sobre estas luchas, entre ellos la olvidada Batalla de Tonosí.
Luego del triunfo del General Benjamín Herrera en Barbacoas y Tumaco, tuvo la libertad para apoyar la guerra en el Istmo de Panamá, con el apoyo de tres naves conocidas como El Padilla, El Cauca y El Panamá, las cuales remolcaron varios veleros con soldados y armamentos.
Un total de 1100 hombres eran dirigidos por el General Herrera, quien a solicitud del Dr. Belisario Porras y la necesidad de armamento para la guerrilla de Victoriano Lorenzo, llega a las costas de Tonosí un 24 de diciembre de 1901, siendo esta la tercera y última expedición liberal al Istmo.
Un gran número de oficiales acompañaron al General Herrera y al Dr. Caballero, Secretario General de la Dirección Suprema de La Guerra. Venían en el Padilla, el Cauca y el Panamá y demás veleros, los Generales Paulo Emilio Bustamante; Justo L. Durán, Sergio Pérez, Francisco Serrano, Paulo E. Morales, Simón Chaux, J.M. Vesga y Ávila, Rafael Santos, Rafael Díaz Morkum, Emilio López, Ramón Buendía, Julio Plaza, Juan Restrepo, Víctor Ogliasti. Los Coroneles Eduardo Ortiz, Plácido Serrano, Clímaco Rodríguez, Simón Arboleda, Mariano Sandoval y Roberto Uribe. También el Dr. José A. Llorante, quien era Secretario General de la Dirección.
Siendo el 24 de diciembre de 1901 se efectuó el desembarco en Búcaro, puerto de Tonosí, donde el General Herrera decidió que el General Paulo Emilio Bustamante, con 150 hombres, ocupara de manera inmediata el pueblo de Tonosí. La guarnición de 35 hombres conservadores en Tonosí, ignorantes de la fuerza del enemigo que se les presentaba, se negó a rendirse y no pudieron hacerle frente al nutrido tiroteo de la fuerza comandada por Bustamante. Varios conservadores resultaron inútilmente muertos y otros heridos cuando ya amanecía el 25 de diciembre.
El General Herrera dispuso una reunión con el General Victoriano Lorenzo en Búcaro de Tonosí.
Decidida tal reunión, la entusiasmada guerrilla, optó por bajar en buena cantidad a Pescaderías (hoy puerto de Farallón), incluyendo al Dr. Porras y un sin número de soldados. A primeras horas de la mañana avistan en la ensenada de Búcaro al Padilla, lo abordaron y Herrera propuso a Lorenzo que hablara con él en su camarote, lo que hicieron por varias horas, dejando al Dr. Porras y el Estado Mayor al margen de esta entrevista secreta. El Dr. Porras y el General Herrera no gozaban de buena estima, la cual empezó a mejorar gracias al valiente esfuerzo del Dr. Porras por salvar las tropas de los veleros, quienes se vieron en peligro en una tormenta dada en Punta Mala, mientras se dirigían hacia el puerto de Pescadería, finalizada la reunión en Tonosí.
El grueso del ejército, que había salido de Búcaro, se unió con los 300 hombres que el propio Herrera había dejado en Pescadería, comenzando a cumplirse el plan de este, expidiendo una proclama el 1 de enero de 1902, a bordo del Almirante Padilla surto en la Ensenada de Tonosí, concluyendo con una conocida frase de valentía:
"VAMOS A RESPIRAR AIRES DE LIBERTAD, Y EN TODO CASO, AIRES DE GLORIA"
Por: Mgter. Sotero Morales
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